José Ramón Repullo, Médico y experto en Planificación Sanitaria y Economía de la Salud, ha escrito un artículo, con el que se puede estar mas o menos de acuerdo pero que no debiera dejarnos indiferentes, titulado: DES-INVERTIR EN TONTUNAS CLÍNICAS Y MAL GOBIERNO PARA REINVERTIR EN SALUD.
Es muy interesante su lectura. Destacamos el mensaje con el que termina el artículo: Para desinvertir en bobadas y tontunas clínicas, vendría bien desinvertir también en mal gobierno, y dejar de exhibir malos modos. ¿Seremos capaces de rehacer esta senda? Esperemos que haya receptividad al mensaje y podamos empezar a andar hacia un nuevo contrato social por un Sistema Nacional de Salud sostenible.
¿Cómo conseguir que políticos, gestores, profesionales, pacientes y ciudadanos puedan remar en la misma dirección (o parecida), en tiempos de tormenta?
No lo sabemos, pero sí sabemos algunas cosas
Sabemos que hay que dejar de hacer algunas cosas:
- sectarismo partidario
- imposición autoritaria
- ocultismo y falta de transparencia
- falta de participación y diálogo
- intolerancia a las críticas
- amenazas a los disidentes, y
- nunca reconocer las propias responsabilidades, substituir información pública por propaganda…
El articulo finaliza apelando a que «los recursos generados por la desinversión se pudieran reinvertir en el propio sistema público de salud; y que se articularan nuevas herramientas de gobierno y gestión en la red sanitaria, los centros y los servicios que dieran el soporte de gestión organizativa y de gestión del conocimiento a estos procesos».
Los «ajustes necesarios» que tengan que realizarse para «salvar» la Sanidad «seguirán adelante con el compromiso de los profesionales«.
Los profesionales sanitarios podemos contribuir a ahorrar en aquellos elementos en los que somos protagonistas, con el objeto de poder modificar los gastos del presupuesto en el capítulo II (Bienes y Servicios) y en el Capítulo IV (Transferencias comunes) para que no afecten al Capítulo I (Retribuciones). Esta sería la materialización del nuestro contrato social para hacer viable el sistema sanitario. Pero es menester que nos dejen.