En la noche de ayer, un compañero del servicio de urgencias del Hospital de Valme sufrió un intento de asesinato por parte de un individuo al que fué a buscar cuando comprobó que no acudía a la consulta tras su llamada. Estaba durmiendo plácidamente en una camilla con un cuchillo escondido. Cuando despertó exigió no precisamente atención médica y al no atenderse sus demandas intentó acuchillar a quien le quería ayudar. Posiblemente otro de los muchos problemas sociales no resueltos que acuden a los centros sanitarios a que se les dé respuesta. 46 detenciones anteriores. ¿A quien o a que le va a temer si no pasa nada?.
El 6 de mayo dos médicas agredidas en el centro de salud de Polígono Norte. El 14 de mayo otro médico en el Consultorio de La Plata agredido y no por primera vez, lo que le llevó a escribir una carta de desesperación a los medios de comunicación. El 21 de mayo es agredido un enfermero y a un médico le parten literalmente la cara en el centro de salud de Pino Montano B. En Letanías llevan meses sufriendo las amenazas de un individuo, a diario y a todos los profesionales del centro, y los responsables como el que escucha llover. Esta semana, en el Macarena, un médico sufrió quemaduras en ambas manos para evitar que un individuo, que se rocíó con gasolina al no conseguir hacerlo con el médico al que amenazaba, quemase a su compañero.
418 denuncias de agresiones en 2012. Y las amenazas y agresiones verbales casi ni se denuncian. Porque, en muchos casos, los profesionales tienen que seguir en sus centros y sufrir el miedo por el acoso de los agresores y sus familiares para que las retiren.
Las agresiones van en aumento y seguirán aumentando pues toda la presión que producen los recortes en los servicios públicos los sufren los ciudadanos a los que nosotros, no los políticos ni los responsables de las administraciones públicas puestos por ellos, atendemos directa y diariamente.
El SAS dice que en todos los casos se activa de inmediato el protocolo de agresiones que por supuesto incluye la defensa de los agredidos. Y proclama a los cuatro vientos su tolerancia cero para las agresiones. Pues faltaría mas.
Pero, a pesar de que se lo exigimos por escrito, no sabemos de ningún caso en los que la propia administración presione a estos bárbaros presentándose como acusación particular y exigiendo que se le paguen todos los perjuicios sufridos en sus recursos humanos y materiales, tales como los costes de las bajas de los profesionales, los destrozos en los centros y los gastos de los juicios y minutas de sus abogados.
Y por esa vía, que exigan la consideración de la agresión como un delito contra la autoridad, que es lo que somos los médicos cuando ejercemos nuestras funciones.
Y que ejerzan la suficiente presión a la clase política para que la legislación sea modificada y quede clara y taxativamente considerada la agresión al personal sanitario durante el ejercicio de su trabajo como un delito en todos los casos y que eso permita una acción inmediata de la policía y los jueces contra los agresores. El aumento de la frecuencia y la gravedad de las agresiones así lo demanda.