Un juez justifica errores en las recetas por la sobrecarga asistencial

El Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 2 de Huelva ha eximido de responsabilidad a un médico de Familia al que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) le había abierto un expediente disciplinario por cuatro faltas graves relacionadas con el cumplimiento de recetas. La sentencia razona que esos errores, a lo sumo, se podían atribuir a título de descuido o negligencia que, en todo caso, “no resultaría atribuible al médico sancionado sino al propio funcionamiento del sistema”.

El acta de la Inspección Farmacéutica de los servicios sanitarios de la delegación provincial de salud de Huelva arrojó el siguiente dato: de 26.682 recetas había 67 incompletas por faltar la edad del paciente, número de envases o duración del tratamiento. También el “papelón” de la Inspección de Farmacia es para nota. Para lo que han quedado.

También fue denunciado porque “las prescripciones a mano no se reflejaban en la historia clínica; que algunas historias no referían el diagnóstico que motivaba su prescripción y que en algunos de sus talonarios había prescripciones de otros médicos”. Por estos hechos el SAS  sancionó al facultativo con 45 días de suspensión de empleo y sueldo

Lo que no decía la Inspección Farmacéutica era que el médico, además de sus funciones y la dirección del centro, suplía a otros compañeros en supuestos de ausencias o vacaciones. Os suena? Claro que la Inspección no tenía porqué saber esos pequeños detalles. Pero el SAS no solo lo sabía, son los inductores de los mismos al incluir, en sus mal llamados contratos programa, órdenes para que los propios profesionales de los centros se sustituyan entre ellos en casos de ausencias o vacaciones, al no sustituir las ausencias, o hacer contratos al 75 % cuando se necesitan al 100%. Para no sustituir, ni los asuntos propios en los que el profesional ni siquiera cobra su sueldo.

45 días de suspensión de empleo y sueldo porque en ¡67 recetas de 26.700 (0,27%)!  faltaban la edad, el número de envases o la duración del tratamiento. Un mes y medio sin comer. Menos mal que a la galera le faltaban los remos, que si no.

Está claro que aquí subyace algo más que el amedrentamiento del entorno que, afortunadamente, la justicia ha tirado a su lugar de origen, la basura.

Pero debe permanecer un aviso a navegantes. El SAS no está por la labor de apoyar y cuidar a sus médicos. Es mentira lo que dice su boca cuando sus acciones sustentan lo contrario. Por eso, en caso de sobrecarga laboral, ponte en contacto con el delegado del SMS en tu zona para que te oriente a dejar constancia de la misma. Por tu profesión, tu salud y por tu bolsillo.

 

Fuente: Diario Médico y SMA

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