El pasado lunes, 13 de julio, Ignacio Pajares Bernaldo de Quirós, en un escrito remitido a sus directores de UGC del Distrito Sevilla, les dice que comuniquen a todos sus profesionales que los pocos centros que quedan abiertos por la tarde en toda Sevilla, ocho en concreto, atendidos por poco mas que personal de urgencias, están obligados a hacer toda la actividad recogida en la cartera de servicios del SAS. Sin tener en cuenta que el grueso del personal está trabajando en horario de mañana, este señor pretende que trabajen como si estuviesen al 100 % de su capacidad cuando no llegan ni al 20 %.
Este «mandador» pretende que los pocos efectivos de urgencias, reforzados por unos cuantos profesionales del resto de centros que cierran por la tarde, hagan todo el trabajo que no pueden hacer, sin demoras, los 34 centros de Sevilla, que son atendidos por muchos cientos de médicos, pediatras, enfermeros, auxiliares, administrativos y celadores, entre otro personal, durante todo el año. Y se queda tan pancho. ¡Que mandar no cansa! Nos referimos al que lo nace por hacer algo, claro.
Ya en febrero de 2014, en plena epidemia de gripe y con los servicios saturados, al Sr. Dirtector Asistencial del Distrito Sevilla no se le ocurre otra que decirle a los profesionales que no envíen pacientes enfermos a hacerse radiografías, salvo casos urgentes, porque los gabinetes radiológicos estaban saturados. En vez de reforzar los servicios en momentos de alta frecuentación, corta el servicio a los ciudadanos. Claro, la situación terminó rápido por orden del SAS, lógicamente.
Pues ahora lo mismo. Que no hay centros abiertos y pocos profesionales en ellos, pues los que estén que vean y hagan todo lo que les llegue aunque no puedan. Que para eso les paga. Y ya está.
Estamos seguros que a la tercera barbaridad que ordene por escrito, le nombran Director General de algo. Seguro.