Ocurrió el sábado 15 de mayo de 2004. Sí, hace once años (lo de la justicia es otra historia muy en relación con la falta de personal y medios como nosotros). Un paciente muere de un infarto a las puertas del centro de salud de Cantillana tras esperar durante media hora que médico y enfermera de guardia regresaran de atender un accidente de tráfico, tras ser requeridos por el 061 para ello.
Así lo publica hoy el Diario de Sevilla . El caso no cuestiona la conducta de los profesionales, que cumplieron la orden dada por sus superiores de ir a una urgencia a pesar de que el centro se quedaba cerrado, pero sí la responsabilidad de la administración de no ofrecer aquello a lo que se ha obligado.
Precisan los magistrados que la administración «ha de proveer lo necesario para que, en todo caso, cuando eso ocurra, el centro de salud del pueblo no quede desasistido hasta el punto de que haya de ser cerrado», en contra de lo que está obligado el SAS «según la cartera de servicios que tiene comprometida con la ciudadanía», «haciendo creer a la ciudadanía que dispone de los mismos». «Si la administración hubiera actuado de otra manera el paciente habría tenido la oportunidad de obtener un resultado distinto y mas favorable para su vida o integridad física».
Aquí no está de mas recordar a todos la necesidad de poner en conocimiento de nuestros superiores, por escrito y con registro, aquellas deficiencias que puedan, en un momento dado, ir contra el derecho de los ciudadanos a recibir una asistencia adecuada debido a unas condiciones de trabajo que lo impidan o lo hagan difícil de cumplir por los profesionales. En caso de duda, ponte en contacto con el delegado del Sindicato Médico de tu zona para que te oriente.