La OPE extraordinaria, de 130.000 plazas, será una oportunidad para disminuir la temporalidad en el Sistema Nacional de Salud, que se calcula sobrepasa el 30 por ciento. El Consejo Interterritorial revisará un preacuerdo que, entre otros puntos, establecerá que debe hacerse de forma coordinada y con criterios comunes, a concretar con comunidades y sindicatos, en materia de baremos, temarios, valoración de las lenguas cooficiales, etc.
La mayoría de jefes de servicio consultados apunta que sería conveniente que los servicios de salud tuvieran muy en cuenta las necesidades de los hospitales y se estableciera una relación de plazas con un perfil de formación y experiencia concretas para asegurar la adecuada preparación de los candidatos. Una demanda que hasta cierto punto las centrales sindicales comprenden, pero que temen que al final se use para crear trajes a la medida de determinados profesionales, opinión que también refrenda algún jefe de servicio.
Gabriel Del Pozo, secretario de CESM, cuyo sindicato está ultimando una propuesta para concretar cómo deben crearse perfiles en el SNS, reconoce que será un tema que habrá que tocar en la negociación del futuro baremo, ya sea a nivel central o autonómico, pero que lo que no tendría sentido en ningún caso es que “el 90 por ciento de las plazas de esta OPE extraordinaria salga con un perfil”.
El portavoz del sindicato médico defiende que, en última instancia, se trata de compatibilizar una visión generalista con una más particular: “La cuestión es que nosotros como sindicalistas queremos una convocatoria más general: cuantos más candidatos puedan optar a una plaza, mejor, mientras que muchos jefes seguramente piensen en personas concretas para las vacantes que tienen en sus servicios”.
Por otra parte, las autonomías y los sindicatos volverán a revisar el proyecto de decreto de homogeneización de baremos para la provisión de personal.
Según el esquema pactado, se establecieron una serie de horquillas en la valoración de cada tipo de mérito para que luego cada autonomía optara por lo que considerara conveniente. En concreto, en la parte de concurso de una OPE, la experiencia podía valer entre el 40 y el 60 por ciento de la nota; la formación continuada, entre el 20 y el 35 por ciento; y los otros méritos, como la docencia y la investigación, entre un 10 y un 15 por ciento. Por tanto, es posible dar más valor a esas actividades que dependen del propio profesional en lugar de sólo la antigüedad, siempre que haya un acuerdo en cada mesa sectorial autonómica.
Los sindicatos seguimos reivindicando que previamente a la OPE hay que dar a los propietarios la posibilidad de concursar en traslados, un deber legal que muchas comunidades autónomas han descuidado durante los últimos años.
Fuente: Diario Médico