La saturación del Sistema Nacional de Salud como consecuencia de la epidemia de gripe no sólo tiene nefastas consecuencias para la atención de los ciudadanos, también está dejando importantes secuelas para la salud de los profesionales sanitarios, ya que “las asistencias diarias se están multiplicando por dos o por tres con los mismos recursos, y esto tiene como resultado un agotamiento total” de la plantilla.
Así lo ha denunciado Francisco Miralles, secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), quien asegura que la gestión sanitaria durante los años de la crisis ha llevado al sistema de salud público español a “trabajar al 120% los 365 días del año, por lo que cuando llega un pico, donde hay que atender a más población, se produce el colapso total”. Y aclara que esta saturación no se produce sólo durante la epidemia de gripe, sino también en otras épocas en las que se incrementan las urgencias o se reduce el personal por motivos estacionales, como en verano.
Por lo tanto, opina que pese a todas las planificaciones que se puedan hacer para prevenir la saturación, ésta no se puede evitar porque “no hay más médicos, no hay más camas y no hay más hospitales”, lo que lleva a que se ofrezcan unas condiciones “tercemundistas”, tanto de trabajo como de atención, como “consecuencia de que hemos puesto nuestro sistema en unas condiciones de recursos bajo mínimos, y cualquier situación de este tipo hace aflorar esta deficiencia”.
Cuestionado por la grave crisis que está sufriendo el Sistema Nacional de Salud británico (NHS por sus siglas en inglés) también como consecuencia de una epidemia de gripe, el secretario general de CESM asegura que en España estamos sufriendo una situación de una gravedad parecida, pero sin hacer tanto ruido. «[En España] el colapso sanitario por la gripe es como el británico, lo que pasa es que aquí no está saliendo a la luz”, asegura.
“La atención primaria está absolutamente colapsada, los servicios de urgencias hospitalarios están trabajando el doble. Si no fuese por la profesionalidad del personal hospitalario estaríamos ante un auténtico escándalo”, continúa Miralles, para el que la saturación de la sanidad pública es consecuencia “del fracaso de las políticas que se han tomado durante la crisis, que si no se revierten van a poner al sistema en una situación crítica, si no lo está ya”.
Fuente: Redacción Médica