Situación insostenible de sobrecarga laboral en el HAR de Écija

La Agencia Sanitaria Pública Bajo Guadalquivir (ASPBG) está compuesta por los cinco hospitales de alta resolución (HAR) que, a nivel comarcal, dan asistencia tanto de urgencias como médico-quirúrgica especializada a los habitantes de la zona a la que sirven, entre los que se incluye Écija. Cumplen funciones esenciales que permiten que sus usuarios no tengan que desplazarse lejos de sus hogares para ser tratados con total eficacia y eficiencia liberando, al tiempo, camas y medios muy necesarios a los hospitales de referencia al abordar patologías muy frecuentes y que no necesitan largos ni complejos tratamientos.

Aun tratándose de una empresa completamente independiente del SAS, tanto en su legislación laboral como en su funcionamiento, la Agencia Sanitaria Bajo Guadalquivir adolece de sus mismos defectos y problemas, derivados del afán enfermizo por el ahorro a costa del sobreesfuerzo permanente de sus profesionales, sin tener en cuenta el efecto que ello pueda tener en la población a la que se debe.

Los representantes de los trabajadores en el centro están cansados de clamar en el desierto sobre el empeoramiento de sus condiciones de trabajo, cuestión que no parece tener fondo pues sus reivindicaciones de mejora son respondidas por la dirección con propuestas inasumibles o, simplemente, sin respuesta.

La plantilla de profesionales de urgencias es insuficiente en Écija. La supuesta “bolsa de trabajo” donde buscar sustitutos para los ausentes, profesionales con reducción de jornada por cuidado de hijos o enfermos está agotada. No es operativa. La empresa es incapaz de encontrar reemplazo a los que faltan, no los piden a tiempo (si se comienza a buscar médicos a finales de junio es prácticamente imposible encontrarlos) o se trata de contratos tan poco atractivos que los candidatos que puedan encontrarse no quieren firmar. Son los propios profesionales los que buscan por sus medios a sus sustitutos en muchos casos. Y especialidades como Cirugía y Ginecología no está mejor, pues a meses de actividad completa de consulta y quirófanos se les suman 7 guardias de presencia física.

Por su parte, las plantillas de los centros de Atención Primaria cuyas urgencias van a este HAR tienen sus plantillas disminuidas en un tercio y el horario de los centros de 8 a 15 para poder acceder a las vacaciones, y las ausencias tampoco son sustituidas, lo que contribuye a la mayor demanda de asistencia en el HAR.

La falta de sustitutos conlleva que el resto del personal esté permanentemente sobrecargado de trabajo, con lo que sufren el riesgo de “quemarse” rápidamente. Los cambios sorpresivos y la poca seriedad con los cronogramas de trabajo y planes de vacaciones son las consecuencias directamente relacionadas con la falta de personal. Casi es regla no tener garantías para cubrir las vacaciones y se da por seguro que ello obligará a realizar más turnos de guardia de los programados a cada profesional si quieren tener unos días libres. La cobertura de las vacaciones es tan precaria que la más mínima incidencia hace temblar todo el operativo.

La insuficiencia de plantillas es muy evidente en Écija, donde el nuevo HARE es 4 veces mayor que el que existía, pero sigue con el mismo personal. El “efecto llamada” del nuevo centro lo ha situado al borde del colapso y hay profesionales que tardan muy poco en dejar de trabajar allí para buscar destinos donde el trabajo sea “más humano”. Incluso el Ayuntamiento de Écija abordó el tema de los problemas en el hospital en un Pleno.

Ataque a la conciliación de tres compañeras

En esta situación se produce un nuevo ataque a tres profesionales, trabajadoras y madres de hijos menores de 12 años que, estando previamente con una reducción de jornada para el cuidado de sus hijos, reciben la orden de incorporarse a su trabajo al 100 %. De esta forma, se les ha quitado de un plumazo la posibilidad de cuidar a sus hijos sin consideración alguna, sin importar cómo tal exigencia pueda repercutir en su casa y familia e imposibilitando la conciliación de la vida personal con la laboral. Esta situación ha llevado a estas profesionales a denunciar a la empresa ante la Inspección de Trabajo, no sin esperar a una solución en el último momento, pero, muy al contrario, la dirección les obliga a hacer más guardias de las que venían realizando, aumentando así tanto las dificultades para atender a sus hijos menores como la sobrecarga laboral que, sin duda, dada la intensidad del trabajo en las guardias, aumentará el cansancio y el estrés. Y más carga sobre las madres trabajadoras, a pesar de la propaganda en contra del propio Sistema Sanitario Público de Andalucía.

Las consecuencias en el personal no son solo el descontento y la impotencia, que son muy grandes. El trabajo en condiciones de alto estrés continuado conlleva al riesgo del cansancio psico-físico y del profesional “quemado”. La alta motivación profesional y el compromiso con los pacientes que caracterizan a nuestra profesión y que hace que los niveles de nuestra sanidad sean de los más altos y prestigiados de Europa, no son suficientes para que, de no revertir las duras condiciones actuales, puedan mantenerse sin riesgos para la población.

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