Uno de cada diez médicos reconoce que durante los tres últimos meses han sido responsables de, al menos, un diagnóstico erróneo, una mala decisión de prescripción u otro error médico, por culpa del cansancio acumulado en su trabajo.
Es la conclusión de un estudio realizado por la Universidad Stanford y publicado en la revista Mayo Clinic Proceedings, que vuelve a alertar sobre el peligro del agotamiento en los profesionales médicos y de cómo este afecta directamente en la asistencia de los pacientes.
«La buena noticia de este estudio es que el agotamiento es reversible», dice Daniel Tawfik, director del estudio, que ha contado con las opiniones de más de 6.990 médicos. Más de la mitad de esa muestra reconocieron experimentar síntomas de agotamiento que van desde fatiga extrema hasta los pensamientos suicidas.
Tawfik cree que los errores médicos se pueden abordar mediante estrategias que se centren no solo en aplicar condiciones laborales seguras, sino también en mejorar el flujo de trabajo, la fatiga, la atención hacia el paciente y los sistemas de apoyo.
“Los gerentes de los hospitales son los principales encargados de reducir lo que los investigadores hemos denominado la epidemia del error médico”, subraya el autor, que aconseja disminuir la carga de trabajo de los médicos.
Otros profesionales médicos entrevistados en el estudio como el doctor Robert Lum cree que “la Medicina se está volviendo más corporativa y los médicos sienten que están perdiendo el control”.
«Creo que cuando empiezas a perder el amor y el interés por lo que haces, tiendes a no centrarte en tu tarea. Esto puede derivar en un mayor riesgo hacia el paciente y en más errores médicos», reconoce Lum.
En este sentido, su receta para luchar contra este desencanto provocado por el agotamiento es simple: «El médico se debe de centrar en la razón por la que eligió estudiar Medicina, que no es otra que la de ayudar a las personas”.
Fuente: Redacción Médica