Nos cuentan desde el SMA que, tras la publicación en nuestras webs, medios digitales y prensa escrita de una denuncia sobre el sueldo de los EIR y alguna otra irregularidad, la Consejería ha respondido de forma torpe, infundada, inexacta y con enormes contradicciones.
Esta “épica” frase es el colmo de la desfachatez, llevamos meses tendiendo la mano, sin obtener más que indiferencia. Hemos tratado el tema por teléfono y las respuestas siempre han sido evasivas y contradictorias entre sí. Hemos enviado escritos que nunca han sido contestados (ni siquiera nos devuelven un acuse de recibo como es de buena educación) y solo después de constatar que la Administración no estaba dispuesta a contestar ni a rectificar o dar una explicación razonada y fundamentada, nos decidimos a publicar la nota de prensa. Y aún se atreven a acusarnos de “generar descontento”, como si el descontento no viniera del hecho de cobrar menos.
En su ceguera político-gestora la Administración niega la “libre interpretación de la legislación” y lo hace interpretando libremente la Ley. Ya dejamos claro en nuestra nota que el sueldo de los empleados públicos es NORMA BÁSICA (tal como la propia Ley dice) y por tanto no puede verse afectado por medidas de estabilización presupuestaria autonómica. Es decir, el dinero para pagar a estos profesionales sale de las arcas del Gobierno Central y es transferido a las autonomías sin que éstas puedan “sisar” una parte en el reparto.
Pero es que además la Consejería “se viene arriba” en su fabulación autocomplaciente y dice que esta merma retributiva se debe a “una situación ya superada”. Es realmente asombroso que hablen de situación ya superada y sin embargo mantengan el recorte. Solo hay dos alternativas razonables a esta contradicción: o la situación no está superada (en cuyo caso no dicen la verdad) o estando superada mantienen el recorte y continúan ingresando 300.000 € a costa de los facultativos en formación.
En cuanto al tema de los acúmulos de cupo, la respuesta de la Administración no es menos sorprendente. Desde hace años, el SAS se niega a pagar los “acúmulos de cupo” alegando que esta retribución ya no está en vigor al haber sido derogadas por las “leyes anticrisis”. Pero año tras año publican una nueva resolución de retribuciones en la que vuelve a aparecer este concepto. Otra vez se nos plantean solo dos opciones: o el SAS miente cuando dice que esta retribución está derogada o estando derogada la siguen publicando en sucesivas resoluciones en un alarde de incongruencia digna de cualquier comedia de enredos. Por cierto, ese nuevo complemento específico que se supone sustituye al vigente acúmulo de cupo tampoco se está pagando en la mayoría de los distritos.
Dice la Administración que “Andalucía es una de las comunidades que cuenta con más plazas de profesionales en formación”, pero no dice que siendo la comunidad autónoma más poblada de España no somos la que más plazas ofrece. Andalucía: mas de 8.4 millones de habitantes y 4.100 plazas EIR; Madrid: algo más de 6,5 millones de habitantes y 5.600 plazas EIR.
También dice la administración que “el pasado mes de marzo el Consejo de Gobierno aprobó el decreto sobre el modelo de formación de especialistas en ciencias de la salud, una norma que blinda la calidad y la innovación en la docencia y articula la estructura del sistema formativo». Lo que no dice la Administración es que en ese decreto no se dedica ningún artículo a las retribuciones, sencillamente porque en lo referente al sueldo base, no son competencia de la Junta de Andalucía. Hecho éste que viene a reforzar nuestra tesis y a dejar en evidencia las carencias e incongruencias de la Consejería de Salud.
En definitiva Sra. Consejera (o quién redacte notas como la que nos ocupa), asuma Vd. sus errores cronificados en lugar de culpar a otros de fomentar la crispación simplemente por denunciar sus contradicciones, cuide a sus profesionales con hechos y no con comunicados electoralistas, sean Vds. consecuentes y asuman las normas que Vds. mismos publican y, en cualquier caso, tengan Vds. al menos la deferencia de responder a nuestras llamadas o escritos en lugar de molestarse cuando usamos la única vía que nos dejan, la mediática (ya sabemos que esto es lo único que les duele).
Lo volveremos a decir claro y de una forma que seguro entenderán, como decían nuestras abuelas: “No tiendan su ropa sucia con nuestros alfileres”.