El pasado 13 de junio se celebró en el Colegio de Médicos de Sevilla una Mesa de Debate a la que estaban invitados, entre otros, el gerente del SAS, D. Miguel Moreno Verdugo, y el presidente del Sindicato Médico Andaluz, D. Rafael Carrasco Durán. Las declaraciones del gerente del SAS en ese acto han provocado un aluvión de protestas y muestras de indignación de los asistentes.
Todos tuvieron la impresión de que el Sr. gerente asistió a la Mesa contra su voluntad. Insistió varias veces en que prefería estar en el cumpleaños de su madre, que iba a celebrar junto a ella esa misma tarde en Málaga. Incluso explicó que el coche oficial lo estaba esperando para llevarlo hasta allí, y amenazó en repetidas ocasiones con dar por terminada la reunión alegando que su madre se alegraría de que llegase pronto.
El Sr. gerente realizó una prolongada exposición llena de inexactitudes en un tono arrogante. Aunque no permitió interrupciones, en el turno de preguntas interrumpió a quien quiso, aduciendo que “las reglas del debate las ponía él”. Argumentó que, si esas normas no agradaban al auditorio, él se marchaba. Los asistentes quedaron perplejos ante lo que consideraron “chulería” y mala educación del Sr. Moreno Verdugo. Según el relato de los presentes, llegó a afirmar que estaba allí “porque le daba la gana” y que se iría cuando “le diera la gana”.
Por otra parte, el Sr. Moreno Verdugo acusó a los responsables de los servicios médicos y a los propios médicos de no cumplir con sus obligaciones. Afirmó que los cirujanos empezaban a operar a las 10 y se iban a la una, y que eso no pasaba en los centros privados, una comparación que algunos interpretaron como la revelación inconsciente de futuros proyectos de privatización. En definitiva, nos hizo responsables de las carencias del sistema y afirmó que esos males no se dan en la privada.
Es notable que tanto el PP como Ciudadanos hayan insistido a lo largo de la reciente campaña electoral en la precaria situación de los médicos en Andalucía y en la urgente necesidad de mejorarla. No queremos pensar que todo fue un ardid para obtener el apoyo de nuestro colectivo y después volver contra nosotros esos mismos votos. Tenemos uno de los sistemas sanitarios más eficientes del mundo, por la sencilla razón de que trabajamos mucho y cobramos poco. Se nos explota laboralmente por medio de diversas formas de coacción, que van de la amenaza de despido al trato despectivo. Y ahora nos encontramos con que uno de los máximos responsables de la sanidad pública, perteneciente a un partido al que se le llenó la boca con las denuncias de esos atropellos, nos culpa de todos los males del sistema.
Nos da igual qué día cumpla años la madre del Sr. gerente, entre otras cosas porque hemos faltado a muchos cumpleaños, bodas, bautizos, y demás ceremonias de diversa índole, simplemente por estar de guardia. No hemos viajado nunca en coche oficial; es más, a menudo hemos puesto nuestro coche particular al servicio del SAS. Desde pequeños aprendimos a escuchar respetuosamente a nuestro interlocutor y a responderle con honestidad y educación. Hemos aprendido a tolerar la frustración y a afrontar con entereza los compromisos que nos disgustan. Pero podemos perdonarle al Sr. Moreno Verdugo que no esté a la altura de los profesionales que dirige. Lo que no le vamos a perdonar es que nos insulte, que nos acuse de incumplir nuestras obligaciones o de no hacer bien nuestro trabajo. Es nuestro trabajo el que sostiene este sistema precario, mal financiado y mal gestionado.
Los nuevos responsables de la Sanidad andaluza nos han pedido repetidamente que seamos pacientes. Insisten en que los cambios a mejor llegarán, pero una ofensa como la vivida el día 13 en el Colegio de Médicos de Sevilla refuerza nuestras dudas con respecto a los verdaderos planes del nuevo Gobierno andaluz. El colectivo médico andaluz necesita pruebas inmediatas de que nuestra situación va a mejorar y disculpas por los exabruptos de su Gerente. De otro modo, las movilizaciones comenzarán en breve.