Ya es hora de que haya cambios

Han pasado varios meses desde las elecciones en Andalucía y nuestro colectivo ha demostrado mucha paciencia. Llevábamos años sufriendo el maltrato de una Administración que nos dio por amortizados, empleándonos como meros recursos al servicio de su interés electoral. Los anteriores responsables de la sanidad andaluza nos redujeron el sueldo hasta límites indignos, nos excluyeron de la gestión de los centros, nos sometieron a controles burocráticos economicistas que asfixiaban nuestro ejercicio profesional y nos enfrentaban a los pacientes, nos ofrecieron contratos precarios que eran utilizados como elemento de coacción por jefes despóticos. En definitiva, nos llevaron a una situación insostenible que dio lugar a importantes movilizaciones al final de la pasada legislatura.

La llegada de un nuevo equipo de gobierno supuso, en este deplorable contexto, un motivo para la esperanza. Por primera vez íbamos a ser gobernados por unos partidos que habían reclamado junto a nosotros una mejora de las condiciones de trabajo de los facultativos. Sin embargo, con el paso del tiempo, esa ilusión inicial está dando paso al recelo y la decepción. Necesitamos cambios ya. Para ser más precisos, necesitamos que se produzcan los cambios que se nos prometieron en campaña y que pasamos a enumerar a continuación.

Necesitamos que se den pasos efectivos hacia la equiparación salarial. La sanidad andaluza continúa siendo la peor financiada de España y nosotros los facultativos con las retribuciones más bajas. El presupuesto sanitario de nuestra comunidad debe aumentar, pues este es un requisito imprescindible para hacer frente a las subidas salariales que nos acercarán a la media nacional hasta igualarla a lo largo de la legislatura.

La discriminación de la exclusividad ha de terminar. Somos una de las tres únicas comunidades de España que conservan este complemento que priva a los compañeros que trabajan en la privada de una parte sustancial del complemento específico. Este complemento debe dejar de estar vinculado al ejercicio en exclusiva en la sanidad pública y debe ser percibido en su totalidad por todos los facultativos. A igual trabajo, igual retribución.

Las retribuciones que percibimos como CRP deben ser transformadas en retribuciones fijas. El CRP es un complemento injusto y opaco, que pone en manos de los jefes un poderoso instrumento para la coacción y la arbitrariedad. Su laxa regulación y su enrevesada aplicación impiden el control sindical y judicial de su asignación, lo que permite que su cuantía sea recortada reiteradamente y de manera injustificada por la Administración, que aplica de este modo un recorte salarial encubierto a nuestro colectivo.

La situación de la Atención Primaria sigue deteriorándose. Las pésimas condiciones de trabajo, la burocratización, la ausencia de perspectivas de desarrollo profesional de un colectivo al que se hace cargar con todos los defectos y carencias del sistema o los bajos salarios han hecho huir a los médicos de familia de nuestra comunidad y los pocos que quedamos no podemos más.

Un sector igualmente deteriorado son las Urgencias hospitalarias. También en este ámbito vivimos una situación crítica que se agudiza en los periodos vacacionales y que empeora cada año sin que la Administración haga frente a los graves problemas estructurales que sufren estos servicios. Las agresiones, una lacra vergonzosa que no deja de aumentar, son más frecuentes en las áreas de urgencias, tanto en Primaria como en Hospitales, sin que la Administración adopte medidas efectivas para ponerles fin.

El modelo de gestión no ha cambiado. En la mayoría de los centros permanecen los mismos directores y jefes de la etapa anterior. Las actitudes despóticas e irrespetuosas persisten y en muchos centros de Atención primaria permanecen enfermeros como directores, a pesar de las numerosas sentencias que dictaminan la ilegalidad de esta situación. Los médicos seguimos sin participar en la elección de los cargos intermedios. La economía y el ahorro siguen prevaleciendo sobre los criterios médicos y nuestras condiciones de trabajo y nuestras posibilidades de desarrollo profesional son sistemáticamente sometidas a los criterios políticos y económicos.

Podríamos seguir, pero con esto basta. Estamos dando un generoso margen de maniobra a este nuevo equipo gestor, pero nuestra paciencia no será infinita. Creemos en la sinceridad de sus promesas electorales, es decir, estamos convencidos de que saben que tenemos razón, pues estas demandas son réplicas de las exigencias que ustedes dirigieron al anterior equipo de gobierno. Es hora de que empiecen a cumplir sus promesas.

Comité Ejecutivo del Sindicato Médico de Sevilla

 

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