El TSJA recrimina al SAS haber “vulnerado el principio el mérito” en la OPE de Pediatría de 2017 y lo obliga a reasignar las plazas

Durante el verano de 2021 finalizaba la OPE de 2017 con la asignación de los destinos a los aprobados. Sucedió entonces que algunos de los candidatos que habían elegido destino finalmente no tomaron posesión de su plaza, por lo que el SAS se encontró de forma imprevista con plazas sin cubrir, algunas de ellas en grandes hospitales. De forma incomprensible, el SAS decidió entonces asignar esas plazas a los primeros candidatos del listado complementario. Así, facultativos que en primera instancia no había superado el concurso oposición pudieron optar a plazas que habían estado vedadas a opositores con más puntuación que ellos.

Esta conducta del SAS no solo fue ilegal, sino que supuso un manifiesto menosprecio de los derechos de los médicos opositores. No fue más que una chapuza apresurada con la que se pretendía resolver a la carrera un problema que merecía una actuación más rigurosa. Los médicos que optan a una plaza a través de una OPE se merecen más respeto que el que les muestra el SAS. Ahora, las demandas de los afectados por esta componenda irresponsable (el caso de Pediatría es solo el primero) van a obligar al SAS a reasignar correctamente las plazas que en su momento asignó de manera irregular, causando un quebranto a todos los afectados y ofreciendo una imagen de incompetencia que debería hacer reflexionar a sus responsables.

Esta conducta del SAS nos recuerda lo que estamos viviendo con la OPE 18-21, con listados de destinos “erróneos” que son corregidos sin criterio ni fundamento alguno, con un manifiesto menosprecio a los facultativos afectados y una nueva judicialización de la OPE. Recuerda también la elaboración arbitraria de los baremos de la próxima OPE de estabilización, en los que no se ha incluido la experiencia del personal laboral o investigador, o la inexplicable exclusión de muchas plazas estructurales del inminente concurso de traslado. Y lo peor es que en todos los casos el SAS se enroca en su posición, como hizo en 2021, haciendo oídos sordos a cualquier demanda de diálogo.

Puede que en un par de años el SAS se vea obligado a corregir la oferta de destinos del a OPE 18-21, pero eso no parece importarle. Tampoco le importa el desapego hacia el sistema que provoca en los médicos la percepción de que la burocracia y la soberbia prevalecen sobre la sensatez y el respeto en la elaboración y tramitación de procesos selectivos en los que se juegan tanto.

La crisis del Sistema Sanitario Público irá a más en los próximos años. Lamentablemente, conductas como las descritas transmiten la sensación de que los actuales responsables del SAS son más una parte del problema que de la solución.

Comité Ejecutivo del SMS

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