Rocío del Castillo, directora-gerente del Área de Gestión Sanitaria Sevilla Sur (AGSSS), ha decidido aprobar un gran plan de verano, presentado a las organizaciones sindicales el pasado 20 de junio para el Hospital Universitario de Valme y que sigue al pie de la letra las instrucciones del SAS y la Consejería de Salud. Estas no son otras que ahorro, ahorro y ahorro. Se trata de un gran plan de recortes, que no de verano, y que se va a extender hasta finales de año si nadie lo remedia.
En primer lugar, consiste en cerrar muchas más camas hospitalarias que en el verano de 2022. Así, según datos del propio centro, aumentan las camas cerradas a un total de 131 desde el 1 de julio, 141 desde el 1 de agosto, y de nuevo 131 desde el 1 hasta el 30 de septiembre. Todo ello supone el cierre de aproximadamente el 24% del total de camas del 1 de julio al 30 de septiembre, mientras que en 2022 el cierre fue de menos de 80 camas, un 13,52%, y durante dos meses y una semana desde julio a septiembre.
Para hacernos una idea, la población de referencia va a disponer de una cama de hospital por cada mil habitantes. El pasado año, durante el verano, muchos ciudadanos del AGSSS que enfermaron ya sufrieron multitud de días en observación y urgencias en espera de una cama para ingresar, y ello cerrando menos de 80 camas. Este año, además, la población de referencia del AGSSS ha aumentado con respecto al año anterior al integrar a Utrera, y sorprendentemente cierran 60 camas más que el pasado año. Esto es un auténtico disparate, por lo que la recomendación para los ciudadanos del AGSSS es procurar no enfermar en verano.
Pero esto no es todo, la segunda gran acción de este plan es volver a cerrar el 50% de los quirófanos del Hospital de Valme. Ya se realizó una acción similar en el verano de 2022 y desde entonces las demoras en procedimientos quirúrgicos no se han podido reducir a pesar de los conciertos con las empresas privadas. Este año será aún peor, ya que recordamos tenemos un aumento importante de población de referencia al incorporarse Utrera al AGSSS, y sólo podrán operar prácticamente patología tumoral y urgente durante dos meses y medio. Aquel que lo precise tendrá que recurrir a alternativas como la sanidad privada (si se la puede permitir).
La tercera gran medida de este plan ha sido atacar especialmente a sus facultativos, mediante un recorte sin precedentes de las continuidades asistenciales (en las que se realiza actividad de tarde en consultas externas, quirófanos, planta…). Así, la mayoría de los especialistas van a ver reducidas dichas continuidades entre un 50% y un 100%. Y no sólo para los meses de verano. Desde el 1 de julio en adelante, sine díe, extendiendo este recorte mínimo hasta final de año. En el mejor de los casos. En el caso de servicios como el de Microbiología, el recorte afectará a sus guardias también. Lo que aquí se esconde es un argumento puramente economicista, con unos presupuestos muy precarios que el SAS ha permitido que se gestionen mal, lo cual se pone de manifiesto ahora. Sin recursos adecuados no es posible atender la demanda ni mantener la calidad asistencial. Y sin una adecuada gestión de estos, tampoco.
Este recorte radical de la actividad complementaria supondrá un aumento aún mayor de las demoras en citas para consultas, pruebas diagnósticas complementarias y en tratamientos quirúrgicos (afectando de forma directa a la lista de espera quirúrgica). Eso sí, en el mejor de los casos, el SAS venderá a bombo y platillo que entablará conciertos con la sanidad privada para salvar la situación y derivarles pacientes y dinero, para esto seguro que habrá presupuesto, a pesar de la atrocidad de esta medida ya que existen procedimientos que en los conciertos se pagan hasta 10 veces más caros que realizándolos en los hospitales públicos.
A ello hay que sumar que han despedido (al no renovar sus contratos) a varios facultativos por falta de presupuesto para estos profesionales, contradiciendo todos los mensajes que emite su consejera de Salud, Catalina García, a los medios de comunicación: “no se contratan médicos porque no hay”. ¿No hay médicos y en Valme los están despidiendo? Y además ese presupuesto que ahorran al despedir médicos lo dedican a contratar profesionales de otras categorías como se refleja en la siguiente tabla:
JORNADAS CONTRATADAS SUSTITUCIONES PLAN DE VERANO
2022 |
2023 |
Variabilidad |
|
Especialistas médicos |
1458 |
432 |
– 1026 |
Enfermería y TCAE |
17252 |
17974 |
+ 722 |
Otras categorías |
10167 |
10471 |
+ 304 |
Total |
28877 |
28877 |
Qué sentido tiene contratar más personal de otras categorías cuando van a cerrar más camas. ¿Van a lograr con ello diagnosticar a los enfermos? ¿Van a realizar las intervenciones quirúrgicas a los pacientes que lo necesiten otras categorías?
La directora-gerente del AGSSS seguramente será felicitada por la Gerencia del SAS por el plan de reajuste económico que está llevando a cabo, utilizando como tapadera el plan de verano, a costa de mermar la salud de los ciudadanos, de desmotivar a facultativos y también de no renovarlos. Ya han logrado su objetivo con una Atención Primaria, a “la que están matando”, y ahora comienzan esta misma tarea con la Atención Hospitalaria poniendo como “hospital piloto” para ello el H.U. Virgen de Valme.
Y esto tiene unos claros responsables: la gerencia del SAS y la Consejería de Salud llevan mucho tiempo permitiendo que el Hospital de Valme esté infradotado presupuestariamente. Se ha producido un crecimiento de la población a su cargo que no ha venido acompañado de un aumento del presupuesto acorde para el AGSSS. Y la misión de la Dirección-Gerencia debe ser la de luchar porque el área esté debidamente dotada para que así se pueda llevar a cabo el fin último de su nombramiento: velar por la salud de la población.
Desde el Sindicato Médico le exigimos a Rocío del Castillo que cese esta política restrictiva para ganar puntos ante los responsables del SAS y la Consejería de Salud con la cual se está castigando y perjudicando a los facultativos del área y por tanto a sus pacientes (que finalmente serán los que sufrirán las consecuencias). Y le recordamos que debe garantizar una atención sanitaria de calidad a su población, conseguir una adecuada financiación para mantener un mínimo adecuado de recursos y apostar por mantener la plantilla de facultativos que realmente necesita el Hospital de Valme y el AGSSS.
Y a Catalina García le pedimos que deje de engañar a la población y reconozca que el plan de desmantelar la Sanidad Pública en Andalucía sigue su curso y ha llegado ya a los centros hospitalarios.