Desafío al SAS: ¡Catalina, acepta el reto o reconoce tus mentiras!

Hace tiempo que ciertas personas que se dedican a la política perdieron toda credibilidad y, en la mayoría de estos casos, el honor

Honor es esa cualidad moral que mueve a las personas a cumplir primero sus deberes con respecto a los demás y, después, o a la par, con respecto a uno mismo. Muchos dirían que honor incluye respeto, y no sólo a las personas, sino también a la palabra dada. En definitiva, honor es esa cualidad que nos autoimponemos para ser cada día mejores a nuestros ojos y a ojos de los demás, y que construye los puentes de la confianza, la esperanza y la autoridad (que no el poder), y sin la que muchos no podríamos vivir.

Pues bien, muchos políticos, tal y como los concebimos hoy en día, están muy alejados de este precepto y, por tanto, se acercan cada vez más a la locuacidad y la palabrería, rápida y sin fondo, carente de toda meditación y reposo, que lo único que busca son titulares de impacto que puedan hacer daño al contrario o minar la voluntad de un colectivo que a sus ojos pueda aparecer como relevante.

Tal es el caso que nos ocupa. Como todos saben, hace unos días, desde la Consejería de Salud se lanzó la noticia de que los médicos de familia de Atención Primaria en Andalucía cobrábamos de media 97888 € brutos anuales. Evidentemente, todos nos llevamos las manos a la cabeza, y no precisamente porque se haya calculado una media a una distribución asimétrica (en la que es más oportuno el cálculo de la mediana), sino porque esas cifras están muy alejadas de la realidad. Tan alejadas, como que son mentira.

Sabemos que la andadura de Dña. Catalina García al frente de la Consejería de Salud probablemente está llegando a su fin y quiere dejar tres cosas muy claras: un legado de mejora organizativa (menores tiempos de espera quirúrgicos, menor demanda en Atención Primaria, mejor coordinación interniveles…), un legado de mejora retributiva («los médicos de familia de AP cobran hoy 1000 € por encima de la media nacional») y un legado ideológico, por el que ella, al igual que han intentado multitud de políticos antes, pretende destronar la figura del médico de familia. Ese profesional, cercano a sus pacientes, cuyo único afán laboral se basa en conseguir el mayor nivel de salud para todos ellos y que con el paso del tiempo no sólo se ha ganado un reconocimiento público, sino que también, y en muchos casos, tiene un pequeño espacio en sus corazones. 

Pues bien, la realidad es que estos tres legados son inexistentes. Todo esto es propaganda, autobombo y aderezos para culminar una gestión que pasará a la historia por el despilfarro de millones de euros anuales en la contratación de enfermeros para las llamadas «Consultas de Acogida», que prometían acabar con las urgencias y la masificación de los centros de salud, y que en la práctica se han mostrado del todo ineficientes, no resolutivas e incluso perturbadoras para los propios enfermeros. Mientras tanto, hemos seguido perdiendo médicos de familia, que han preferido abandonar la medicina pública en favor de la privada (donde les ofrecían mejores condiciones laborales), que han preferido emigrar a otras comunidades autónomas u otros países (donde, igualmente, les ofrecían mejores condiciones laborales) o que debido a las paupérrimas condiciones laborales y salariales de la Atención Primaria andaluza han preferido repetir el MIR y hacer otra especialidad. Es más, ya ni siquiera los MIR quieren venir a Andalucía a trabajar… ¡Y este año, por primera vez, han quedado plazas de formación MIR en Medicina de Familia sin cubrir!

Y todo esto, ha ocurrido durante su gestión, señora consejera.

Por cierto, ¿podría decirnos cuántos médicos de familia ha conseguido usted atraer desde que ocupa su puesto? Imaginamos, que después de las noticias que han publicado en los periódicos sobre nuestro salario deben haberla llamado muchos médicos de España. ¿O no ha colado? Suponemos que no habrán dado abasto a contratar para todos los cupos médicos que tienen descubiertos desde hace años en los centros de salud de toda Andalucía. 

En fin, dejemos la ironía a un lado y centrémonos en la realidad. Usted ha lanzado una noticia en los medios de comunicación, a sabiendas de que es falsa. Y nosotros le vamos a dar la oportunidad de convertir una falsedad en una verdad y reparar así su honor. Para ello, permítanos arrojarle el guante y retarla: 

Sra. consejera, garantice, por ley, que el sueldo mínimo de cualquier médico en Andalucía, en el Sistema Sanitario Público, será de al menos 97888 € brutos anuales y, a cambio, nosotros nos comprometemos a que en los próximos 4 años no reclamaremos subida salarial alguna para este colectivo.

¿Quiere dejar un legado de mejora salarial? Esta es su oportunidad. 

La herramienta, la tiene usted: se llama Resolución de Retribuciones. Sólo tiene que incorporar esa cifra y publicarla. Así de sencillo.

¡Sra. consejera, acepte el reto, dé valor a su palabra o reconozca sus mentiras!

Postdatum: ¡Ah, y no se preocupe, nosotros cumpliremos con nuestra promesa! Los médicos, aún, tenemos honor.

Comité Ejecutivo Sindicato Médico de Sevilla

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