«No hay mayor ciego que el que no quiere ver».
I
En tierras donde el sol quema los sueños,
la sanidad se arrastra, maltratada.
El pueblo grita: “¡Junta fracasada!”,
dejáis que el dolor sea nuestro dueño.
Promesas que se firman sin empeños,
mentiras que desbordan la jornada.
La salud muere, sombra abandonada,
y el Sur estalla en llagas y desdeños.
Treinta y cinco pacientes, cruel condena,
veinticinco el límite que no respeta.
¿No ve el gobierno el daño que genera?
Dinero oculto, cifra de opresión,
que asfixia la verdad que nos envenena.
La Junta es solo un pozo de traición.
II
¿Adónde va la fe que el pueblo implora,
si el médico se ahoga en su jornada?
La Junta, indiferente y desalmada,
al Sur le roba el sol que lo enamora.
Mentiras que su lengua siempre atesora,
promesas sin raíz, nunca cumplidas.
Las plazas que pregonan, ya perdidas,
son falso adorno que su voz decora.
Carbón traerán los Magos, justo precio
a un reino que traiciona su deber.
¿No oye el gobernante nuestro desprecio?
El Sur verá su fuerza renacer,
y hará justicia allí donde hay suplicio,
pues nunca la verdad puede ceder.