Los gerentes del Distrito de Atención Primaria coaccionan a los médicos para no aplicar el acuerdo de limitación de las agendas

Mientras los máximos responsables del SAS, incluida la propia consejera, proclaman su compromiso con la mejora de la Atención Primaria (AP), los gerentes de diversos Distritos de AP de Sevilla reconocen ante los profesionales que el Acuerdo de limitación de las agendas será difícil de aplicar por la falta de recursos. El abismo entre las proclamas propagandísticas de los portavoces del SAS y la realidad no deja de crecer.

El SAS ha intentado retrasar de manera indefinida la aplicación del Acuerdo de limitación de las agendas al que llegó con nuestra organización (puede acceder al documento aquí), hasta el punto de que nos hemos visto obligados a retomar las movilizaciones para exigir su aplicación y la implantación de otras mejoras, como la equiparación retributiva de los médicos de AP con sus compañeros de hospital. Esto ha llevado al SAS a poner en marcha una nueva estrategia para incumplir el Acuerdo: presionar a los médicos para que renuncien a su aplicación.

En el Distrito Sur de Sevilla se les ha llegado a pedir que firmen un documento solicitando “no acogerse al pacto suscrito entre el SAS y el Sindicato Médico Andaluz” (puede acceder al documento aquí). Por mail se les ha indicado que “se pueden acoger a seguir con las agendas habituales hasta ahora. No es obligatorio acogerse a este acuerdo [de limitación de las agendas], firmando un documento normalizado que se adjunta y que debe ser enviado a Gerencia”. Por supuesto, el Sindicato Médico recomienda a sus afiliados que no firmen esta solicitud y que, si fuesen presionados para hacerlo, se pongan en contacto de manera inmediata con su delegado sindical.

Constituye una infamia intentar aplicar el Acuerdo de limitación de las agendas de manera retorcida e ineficiente, con el fin de achacar al propio Acuerdo los perjuicios que esta maniobra torticera pudiera causar a los pacientes o a los médicos. Esta forma de presión y de engaño es intolerable. La limitación del número de pacientes por agenda es una reivindicación básica de los médicos de AP desde hace décadas, y se justifica por razones no solo laborales, sino también, fundamentalmente, de calidad asistencial. Inducir a los médicos a que renuncien a esta medida después de que el propio SAS la ratificara en Mesa Sectorial es inadmisible. No vamos a tolerar que, en lugar de garantizar la aplicación del Acuerdo de manera satisfactoria, autorizando las continuidades asistenciales necesarias y reforzando las plantillas médicas con incentivos laborales y retributivos, el SAS induzca a los profesionales, por medio del engaño, a solicitar quedarse como estaban.

Pero esta estrategia retorcida no es nueva. La presión a los médicos a través de formas más o menos sutiles de coacción es usada desde hace décadas por los cargos directivos e intermedios del SAS. Existen muchas formas de hacerle la vida imposible a un médico poco complaciente con los deseos de su jefe, y los cargos intermedios del SAS las conocen todas. Esta es la realidad de la medicina de AP, no la que dibujan ufanos los dirigentes de la consejería.

El SAS firmó un Acuerdo de limitación de las agendas que no pensaba llevar a la práctica y, cuando se ha visto obligado a hacerlo, intenta desactivarlo forzando a los médicos a que renuncien “voluntariamente” a su aplicación. Mientras tanto, limita la posibilidad de realizar las continuidades asistenciales necesarias para hacerlo posible, se niega a equiparar retributivamente a los médicos de AP con sus compañeros de hospital y dedica todos sus recursos a potenciar la consulta de acogida, un proyecto cuyo evidente fracaso se niega a reconocer.

La palmaria incompetencia de los actuales dirigentes de la consejería de Salud empieza a ser un grave problema para el Gobierno andaluz. Fingen negociar, pero incumplen lo pactado. Prometen mejoras, pero aplican recortes. Intentan contentar a todos los colectivos por razones electoralistas, ignorando que el problema real de la AP no es otro que la reducción progresiva de las plantillas médicas. El clamor del colectivo de médicos de AP por la mejora de sus condiciones laborales y retributivas no deja de crecer, pero los responsables del SAS les dan la espalda. No hay peor sordo que el que no quiere oír, ni peor gestor que el que se obceca en negar la realidad por motivos espurios.

Todas los cargos directivos e intermedios responsables de esta maniobra infame, dirigida a boicotear desde dentro la aplicación del Acuerdo de limitación de las agendas, deben dimitir. El SAS debe saber que no vamos a parar. El Sindicato Médico no va a cejar en sus movilizaciones hasta conseguir salvar nuestra Atención Primaria. Más vale que nos tomen en serio.

Comité Ejecutivo del SMS

O, como resume acertadamente Bombastvs:

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