Hace tan sólo unos días, el director de la UGC de Brenes, responsable de los Centros de Salud de Brenes y Villaverde del Río, presentó su dimisión en firme tras la imposibilidad por parte de la Dirección del Distrito Sevilla Norte de proporcionarle el personal suficiente para cubrir las necesidades asistenciales de ambos centros. Y es que, partiendo de una plantilla por debajo de lo que se requeriría, las últimas bajas (una jubilación no cubierta, una médico de baja por Riesgos Laborales no cubierta, una baja por enfermedad sin cubrir y una reducción de jornada por cuidado de hijos tampoco cubierta) han terminado por hacer inviable la labor asistencial, llegando muchos de sus médicos a realizar más de 220 horas de trabajo mensuales.
Todo ello ha desembocado en imposibilidad de cubrir salientes de guardia de los médicos de consulta, lo que ha determinado un aumento de la demanda y, en consecuencia, un aumento de la presión asistencial no programada (urgencias).
Estos hechos, denunciados por el Sindicato Médico de Sevilla, están pendientes aún de contestación oficial por parte de la Dirección del Distrito Sevilla Norte.
Ante esta situación, el director de la UGC de Brenes presentó el día 16 de este mes su dimisión, alegando que ya no le quedaban fuerzas para seguir trabajando a ese ritmo y que, éticamente, no se veía capaz de pedirles más esfuerzo a sus compañeros.
Esta dimisión no es más que otra muesca en la historia de la Atención Primaria de Andalucía y su nefasta gestión, que, incapaz de retener a médicos, más que capacitados, en cargos de gestión, los sustituye sistemáticamente por enfermeras a los que nunca podrá nombrar directores de UGC porque la ley se lo impide. Así, de paso, se ahorra tener que abonarles el complemento de dirección.
Pero la incapacidad manifiesta del SAS no se limita a los cargos de dirección, sino que hunde sus garras en lo más cercano a los pacientes: los médicos de familia. Incapaz, también, de competir en condiciones laborales con comunidades autónomas vecinas, Andalucía se encuentra a años luz de los salarios y condiciones laborales que otros países de nuestro entorno ofrecen a unos de los especialistas más demandados y valorados por la sociedad europea: los médicos de familia.
Mientras crece la fuga de nuestros especialistas a otros lugares, el SAS se ha visto obligado a contratar de urgencia a médicos españoles sin especialidad y a médicos extracomunitarios para evitar el colapso definitivo de la Atención Primaria, mientras gasta ingentes cantidades de dinero público en la contratación de enfermeros (a los que denomina «sanitarios» o «profesionales» en sus documentos para que la población crea que son médicos) y planea el asalto de estos a la categoría A1, la misma que ostentan los médicos, a pesar de contar con menor formación y cualificación.
Recientemente, hemos asistido a declaraciones en redes sociales de nuestra consejera de Salud, Dña. Catalina García, en las que decía exactamente esto:
«El 90% de los médicos que termina la especialización se queda en Andalucía. Hemos aumentado la plantilla en 25.000 profesionales y hemos mejorado sus condiciones laborales. Aunque todavía nos queda mucho por avanzar».
Y nosotros le preguntamos, Sra. Catalina García: ¿durante cuánto tiempo se queda ese 90% de médicos especialistas en Andalucía? ¿Un mes?
En definitiva, si su consejería quisiera y tuviese voluntad para ello, haría un acto de transparencia y publicaría todas las contrataciones que ha hecho desde que accedió usted a dirigirla o cuánto dinero público se ha invertido en la contratación de enfermeras para sus famosas e inútiles «Consultas de Acogida».
Si todos estos datos, Sra. consejera, fuesen públicos, no tendríamos que preguntarle “¿cuántos de los 25 000 «profesionales» que usted menciona son médicos especialistas realmente?”.
¡No tengáis prisa!… La respuesta la podéis esperar sentados.