Lamentamos profundamente el recorte en el servicio básico para el Estado del Bienestar que se une a una interminable lista de recortes que poco a poco están acabando con la sanidad pública. Con respecto a la situación profesional, con unos sueldos congelados desde hace cuatro años, con disminución del 10% y con una interminable lista de recortes, que ven el máximo exponente en los jóvenes recién licenciados, la situación está llegando a límites inimaginables hace unos años.
Pese a que son las comunidades autónomas las que gestionan los sistemas sanitarios, el brutal recorte de un tercio del presupuesto estatal repercutirá negativamente en todo el sistema. En la sanidad pública, en uno de los servicios fundamentales de las sociedades del bienestar. No sabemos en qué concepto se reducirá el presupuesto, pero es una cantidad suficientemente alta como para estar alerta. Y es que quizá los gobiernos no estén pensando en los ciudadanos y lo hagan en sí mismos. Tal vez así se explique que mientras baja un 35,6% el presupuesto para sanidad, la cuantía destinada a financiación de partidos ascienda, hasta un 28% más.