En agosto de 2014 el Juzgado de lo Social nº 3 de Cádiz sentenció que un eventual, con contratos concatenados durante 11 años, debía ser considerado indefinido y que era despido nulo el hecho de que se hubiera dejado de contar con sus servicios. La Asociación de Eventuales del SAS, cuyo abogado llevó el caso, dijo entonces que unos 17.000 eventuales de la sanidad andaluza estaban esperando una sentencia así.
Sin embargo, el TSJA dice que esa sentencia no se ajusta a derecho pues el tema se tiene que dirimir en la jurisdicción contencioso-administrativa y no en la social. El alto tribunal solo entró en uno de los cinco argumentos que contenía el recurso del SAS pues, explica que, aceptado el primero de ellos, el de la jurisdicción, ni siquiera cabe el análisis del resto. Y termina argumentando que el fallo reproduce la tesis declarada por el Tribunal Supremo.
Otros dos eventuales que estaban en la misma situación referida, es decir, habían tenido una sentencia favorable en primera instancia y habían perdido el segundo ante el TSJA, se han desistido de su recurso ante el Tribunal Supremo.
Cada litigio cuesta, según La Razón, unos 1.000 € y llega a los 1.500 si llega al Supremo y, hasta el momento, los eventuales se han gastado unos 800.000 €. Sin embargo, parece que la vía de lo Social se está agotando conforme aparecen las primeras sentencias contrarias.
En el Sindicato de Médicos de Sevilla siempre hemos entendido que la jurisdicción Social no era la vía para reclamar que el SAS dejara de abusar de las contrataciones repetidas para un puesto estructural. Y lo hemos dicho delante de nuestros afiliados eventuales en todas aquellas reuniones a las que hemos asistido con este tema como protagonista. No ha sido fácil. Incluso hemos perdido algunos afiliados molestos por ver como una Asociación de Eventuales se “movía” más que nosotros. Pero moverse más no siempre es hacerlo mejor y sin mermar el bolsillo, ya exiguo, de los profesionales.
De momento es necesario que el SAS cumpla a rajatabla el Estatuto Marco y que todas las contrataciones de eventuales estructurales se pasen a interinidades. En ello estamos y lo vamos a conseguir. Si, además, surge una vía jurídica abordable para la resolución de nuestros problemas, la tomaremos, sin dudas.