Agresión a una compañera en el Consultorio de Cañada Rosal

Esta vez antes de comenzar a ver enfermos, a las 8,25 de la mañana, cuando entró en la consulta de la compañera una energúmena que vociferando y en actitud extremadamente agresiva le reprochara que no atendiera a su hija el día anterior, extremo éste absolutamente incierto por cuanto dicha asistencia se realizó y quedó registrado en la historia clínica, a pesar de que no era paciente de su cupo, ni acudiera de urgencias, ni de esperar a su médico que estaba a punto de llegar al centro.

La médica fue cogida por los hombros y zarandeada repetidamente hasta que consiguió liberarse y que saliera de la consulta pero, cuando intentó cerrar la puerta tras la agresora, ésta volvió a abrirla violentamente y le golpeó en una mano.

La agresión física fue seguida, ante testigos, de insultos y amenazas de muerte repetida, teniendo que intervenir sus compañeros y otros usuarios para separar a la agresora pues intentó agredir de nuevo a la facultativa a la que, en esta ocasión, cogió por el pañuelo de cuello y lanzó los brazos en un intento de volver a golpearla.

Tal fue la furia de la agresora y el dolor provocado por las lesiones producidas que la compañera hubo de ser llevada al HAR de Écija para estudio más detenido de los golpes recibidos en cuello y mano, además de un fuerte traumatismo psíquico, precisando parte de baja laboral.

Cañada Rosal es un pequeño pueblo de unos 3.300 habitantes cuyo consultorio médico pertenece a la ZBS de La Luisiana. Dispone de dos médicos de familia y dos enfermeros, a jornada completa, y un pediatra que va, desde La Luisiana, dos veces por semana, un día de 8 a 14 y otro de 8 a 11. También hay un celador, pero solo en turno de mañana. Esto quiere decir que por la tarde, médico y enfermero están solos y si uno de ellos sale el otro se queda a cargo del centro. Si se hubiese producido esta situación, la agresión hubiese podido ser mucho más grave.

Por supuesto, durante los períodos de vacaciones un médico o enfermero sustituye al otro y acumula su trabajo. Sobrecarga que termina por hacer penoso el trabajo y sus consecuencias en estas épocas.

La agredida solicitará asistencia jurídica y psicológica al SAS.

Por nuestra parte solicitaremos, como siempre, que se denuncie a la agresora y se le pidan todos los daños y perjuicios ocasionados a la administración pública, por ejemplo, en gastos por la baja de la compañera que, exigimos, sea sustituida en su puesto para no causar otra agresión a su compañero en el Consultorio. Estaremos pendientes.

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