La “puntera” Sanidad andaluza y la realidad laboral de sus profesionales

Todos los estamentos y personalidades políticas de Andalucía se llenan la boca y no paran de presumir y catalogar la Sanidad autonómica con un altísimo nivel y prestigio. Ojalá esto fuera cierto en todos los aspectos de la misma.

Por un lado, es verdad que, con relativa frecuencia, cada vez más, surgen noticias de la realización de procedimientos, que están a la vanguardia nacional e internacional.

Por otro, la realidad se impone cuando los ciudadanos, como no se ha visto nunca, provocan el pánico de los políticos y gestores sanitarios cuando han salido a la calle a manifestar su enorme preocupación con los déficits presentes en su atención cotidiana  y, en un solo debate parlamentario, se ve la necesidad de impulsar un pacto social por la sanidad donde estén presentes políticos, ciudadanos, sindicatos y empresas, como forma de reconocimiento a los graves problemas presentes. En ese mismo debate parlamentario, varias de sus conclusiones están referidas a la adecuación y aumento de las plantillas para garantizar que los profesionales dispongamos del tiempo suficiente para una asistencia segura y de calidad.

Hace muy pocas fechas se publicó en prensa la colocación de una válvula cardíaca a un niño a través de la vena hepática porque las patologías previas hacían inviables usar la femoral o la yugular, procedimiento realizado por primera vez en Europa y solo descrito previamente en el mundo en un adulto en Estados Unidos.

Esto ha ocurrido en el Hospital Virgen del Rocío, la famosa “joya de la corona”, el “buque insignia”. Desde hace más de dos años la Unidad de Hemodinámica del Hospital Infantil utiliza el cateterismo como técnica para la sustitución de válvulas pulmonares.

Y aquí aparece la realidad de la situación laboral de nuestros profesionales, aquí y en todos los centros de Andalucía. Ninguno de los integrantes del equipo de especialistas del hospital sevillano que participaron en el procedimiento tiene plaza. O son interinos, de más o menos tiempo o, incluso, eventual. Esta es la realidad hoy por hoy de nuestra sanidad. Y no son un caso esporádico. Tenemos muchiiiiisimos en esa situación. Otro ejemplo, todos los neurofisiólogos del Virgen del Rocío, sin plaza. Y así… Esto no es flor de un día.

No tienen plaza porque no se convocan durante años y, cuando lo hacen, son mínimas. Y la estabilización actualmente en marcha no hace más que descubrir las miserias de una organización sanitaria a la que la justicia obliga a dar cierta estabilidad a sus empleados y que, al mismo tiempo, es incapaz de completar la OPE de 2013-14-15 en un plazo razonable cuando ya tiene convocada las de 2016 y aprobada en Mesa Sectorial la de 2017. Quizás convendría dejar el orgullo, ¿soberbia quizás?, a un lado y pedir ayuda a Educación que organiza una oposición anual y las resuelve en muy poco tiempo. De lo contrario, volverán a incumplir los pactos firmados.

El altísimo nivel de nuestros profesionales, a costa de dedicar lo mejor de sus vidas a la preparación, no se corresponde con la dejadez e incertidumbre laboral en la que se ven inmersos. La vocación, el espíritu de servicio y dedicación y el afán de superación seguirán estando porque son de un material muy especial. Pero la situación cansa y harta.

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