El pasado 14 de septiembre 3 compañeras sufrieron una agresión, a última hora de la jornada de la mañana, en el Centro de Salud de San Hilario, en Dos Hermanas.
Y el pasado martes y trece de enero, sobre la una de la tarde, un energúmeno causo varios destrozos en el centro y cuando vio venir a la enfermera de urgencias se abalanzó sobre ella y, entre gritos e insultos, la empujó y acorraló contra la pared. Como pudo se zafó y entró en una consulta mientras el agresor golpeaba la puerta. Pero el valiente ya no estaba cuando llegó la policía, a la que avisaron el director y un administrativo que tuvieron que salir corriendo para no ser agredidos y llamar desde la habitación en la que se refugiaron.
San Hilario es el único centro de los cinco que tiene la ciudad de Dos Hermanas, no contamos evidentemente Montequinto, que cuenta con servicio de urgencias abierto 24 horas al día los 365 días del año y la afluencia de pacientes con urgencias y con prisas al mismo es permanente. Pero solo tiene personal de seguridad por las noches y los fines de semana. Y pasa lo que pasó en septiembre y lo que ha pasado ahora y lo que seguirá pasando si no se ponen medios.
De nuevo se pone en evidencia la dicotomía entre lo que se dice y se hace. ¿Tolerancia cero contra las agresiones? Tenemos ganas de ver que, cuando se lleva a estos salvajes ante el juez se soliciten que paguen los daños y perjuicios ocasionados, tanto en los enseres del centro como los que suponen la baja del profesional, que resulta de nuevo agredido al perder parte de sus emolumentos durante la misma.
En esta ocasión, como en la anterior, sufrieron la agresión tanto los que estaban en urgencias como los que acudieron en su ayuda pues la empresa nos convierte en agentes de seguridad cuando el timbre antipánico, activable desde el ordenador cuando ello es posible.
Exigimos estar protegidos. El personal de seguridad tiene que estar. Y más en centros como San Hilario que son grandes, con muchos profesionales, un servicio de urgencias permanente, alta demanda y con las consultas distribuidas en dos plantas. De lo contrario, nos seguirán pegando y maltratando desde todos los lados.
TOLERANCIA CERO CON LAS AGRESIONES EN TODAS SUS DIMENSIONES Y ASPECTOS