En la madrugada del 29 de julio volvió a saltar la alerta de la agresión para los profesionales del SAS en un centro rural de Atención Primaria, esta vez en Santa Olalla del Cala del Distrito sanitario Sevilla Norte. Según ha podido saber el delegado territorial del Sindicato Médico de Sevilla, sobre las dos de la madrugada, un individuo disconforme con la atención que poco antes había recibido, se presenta de nuevo armado con un objeto contundente de madera golpeando de forma violenta la puerta de entrada al centro de salud. Rompiendo además la cristalera para poder acceder al interior y así solventar su disconformidad con métodos propios del hombre de Neandertal en el Pleistoceno.
Los dos médicos, enfermera, celador y el técnico conductor de ambulancia que componían el equipo de Urgencias tuvieron que afrontar una vez más la vivencia de una guardia a través de escenas propias de la ficción del terror pero conscientes de que en cualquier momento se podía desatar la tragedia en sus propias carnes.
La ausencia de medidas de seguridad en los centros de salud permite que nuestra sociedad sirva de cultivo para que los agresores se parapeten en el anonimato. Queremos que la Administración tome medidas ya. Necesitamos cámaras de seguridad en todos los centros. Queremos timbre o sirenas para que toda la población del entorno del centro donde se perpetra una agresión se ponga en alerta. Sí, son solo propuestas pero hay que tomar medidas urgentes, porque la desgracia no es que esté cercana, es que la tenemos en la misma puerta.