La prensa publica hoy, 15 de mayo, un análisis de los datos que ha proporcionado la Junta sobre el número de profesionales sanitarios afectados por el coronavirus a fecha 13 de mayo. Los datos relativos a Sevilla a lo largo de la pandemia reflejaban una afectación desproporcionadamente alta de los profesionales del Hospital Virgen Macarena. El 25 de marzo había 193 profesionales afectados en este centro. Dos semanas después eran 209. Un mes más tarde 263. Hace una semana 267.
El Sindicato Médico de Sevilla denunció al inicio de la pandemia las presiones recibidas por los profesionales desde la dirección del centro para que restringiesen el uso del material de protección. Resulta imposible no relacionar estas presiones con el contagio masivo de profesionales en el Virgen Macarena. Este hecho vino a agravar la situación insostenible del gerente del hospital, provocada por razones que explicábamos en una nota en la exigíamos su dimisión.
Finalmente, acuciada por la presión de nuestra organización, de los medios y de los mismos profesionales, la Junta anunció el pasado día 10 el inicio de una “información reservada” para aclarar la causa de la elevada tasa de contagios en el centro. Dos días después, el 12 de mayo, el consejero adelantaba que todo podía deberse a un “diagnóstico erróneo” de un profesional, que habría contagiado a sus compañeros, y cifraba el número de afectados en ese momento en torno a “98 ó 99”, con 9 positivos.
Para sorpresa general, antes de conocer los resultados de la investigación abierta, cuyas conclusiones exculpatorias había deslizado ya el Sr. consejero, el mismo día 12 por la noche la Junta anuncia que el gerente del centro dimitía por razones familiares. El día siguiente, 13 de mayo, los datos sobre profesionales afectados en el Virgen Macarena sorprenden a todos: su número ha sufrido un descenso espectacular, sin paragón en la provincia ni en la comunidad. La sorpresa crece al comprobar que estos datos no coinciden con los que había adelantado el consejero, pues, según la Junta, solo hay 77 profesionales afectados, con 6 positivos. La reducción de casos se estaba produciendo en el hospital a un ritmo tan acusado que en solo 24 horas la información del consejero había quedado anticuada.
Este relato resultaría chusco si no reflejase una realidad dramática. Muchos compañeros nos han expresado sus dudas acerca de la exactitud de la información sobre afectados que proporcionaba la Junta en este centro en particular. ¿Realmente es fiable la información que se nos ha estado dando? ¿Es simple casualidad que el número de contagios caiga de forma exagerada justo tras el inicio de una investigación en el centro? ¿Puede alguien creer que, en este contexto, quepa una dimisión del gerente por motivos familiares?
Hay algo peor que sufrir la exposición al coronavirus sin medidas de protección suficientes, peor que ser coaccionado y menospreciado, y es ser tratados como imbéciles precisamente por aquellos a quienes hemos elegido para que nos representen en las instituciones democráticas. Hay algo peor que equivocarse en la gestión de una crisis, y es manipular datos para ocultar una negligencia. Los facultativos del hospital Virgen Macarena se merecen algo mejor. En estos meses tan duros nos han brindado un ejemplo de sacrificio y ética profesional por el que les estaremos siempre agradecidos. Su esfuerzo ha garantizado la calidad de la asistencia sanitaria a la población. Sus pacientes pueden estar tranquilos y orgullosos.
Pero esta historia no ha llegado a su fin. Los dirigentes de la sanidad andaluza todavía están a tiempo de esclarecer lo ocurrido más allá de cualquier duda. Creemos que ello solo es posible si se inicia de manera inmediata una investigación por una entidad independiente y se hacen públicas sus conclusiones. Los profesionales sanitarios tenemos derecho a conocer la verdad de lo ocurrido.